Sorteando la oscuridad, la pequeña estrella brilla suave en el cielo negro.. su dulce movimiento oculta una pena amarga.
A su paso, deja una senda plateada de diminutas lágrimas que resbalan por su linda carita.. su luz las recoge una a una y las guarda.
Su cuerpecito, a veces, se ve sacudido por el llanto e intenta disimular y mantenerse erguida y brillante.. pero recuerda.. recuerda…
Era un hermoso y brillante cometa.. pasó por su lado con airosa estela salpicado de brillantes y audaces colores..vivo y vibrante.
Se exhibió ostentoso ante ella y caracoleó con su cola centelleante ante sus ojos admirados.. arrogante, pensó ella.. pero magnífico.
Pero en su cansada mirada, aquel viajero de las estrellas, le mostró una calidez que inundó sus entrañas y la volvió líquida.
Vio generosidad y amor.. valor y coraje.. y quizá una pizca de timidez cuando le sorprendió mirándola fijamente.
En el instante en que sus miradas se cruzaron, sus corazones quedaron unidos y el resto de estrellas observaron divertidas.
Ella titiló con picardía y él sacudió su cola de dorados colores con graciosa elegancia.. sus reflejos quedaron en enlazados en la noche.
Y mientras se amaban en silencio, envueltos en su capa de brillante luz, el universo se detuvo un momento para no molestarles.
Se amaron para toda una vida.. se amaron para siempre.. su momento de amor fue interminable y tan corto al mismo tiempo.
En sus brazos se sintió protegida y amada.. el tiempo paró su lento caminar y les enseñó el valor de aquel instante.
Sus besos la encendieron y el fulgor de aquel extraño se clavó en su corazón.. la pasión de su cuerpo la volvió incandescente.
La calidez de aquella pequeña revoltosa, inundó el corazón del hermoso cometa, llenándolo de mil colores ardientes.
Cuando se separaron, lágrimas de amor mojaron sus rostros y él la abrazó contra su pecho para no dejarla ir jamás.
Pero el Universo, que había permanecido parado, en respeto a los amantes, volvió a ponerse en marcha con su cadencioso caminar.
Sabían que era el adiós y que tardarían en verse.. mucho tiempo.. él debía continuar su camino sin fin sorteando la noche.
Volvería, le prometió.. y la buscaría entre todas las estrellas, porque ahora ya, le pertenecía.. era suyo para siempre.. sin remedio.
Y aún hoy, ella otea el horizonte en busca de una ráfaga de oro.. mientras le explica a la pequeña estrella que brilla a su lado, lo hermoso que era su padre..
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